EL SECRETO DE SANTA VICTORIA.

“No confíes tu secreto ni al más íntimo amigo; no podrías pedirle discreción si tú mismo no la has tenido”. (Ludwig van Beethoven).

En 1966 publicó Robert Crichton su primera novela, El secreto de Santa Victoria. Basándose en esta novela el prestigiado director de cine Stanley Kramer.


El argumento gira en torno a un momento próximo al fin de las hostilidades de la Segunda Guerra Mundial, cuando los ejércitos alemanes estaban abandonando la península italiana, para tratar de escapar de las fuerzas aliadas. En su retirada, un grupo de soldados germanos se apodera de un pequeño poblado, Santa Vittoria, ubicado en lo alto de hermosas colinas. Los habitantes de ese pintoresco lugar mantenian su bienestar, corporal, espiritual y económico, en la producción y venta del vino que allí elaboraban. Para todos ellos el vino les proporcionaba el necesario sustento al cuerpo, con el producto de su venta y el consumo que de ese exquisito vino hacían cotidianamente, y la tranquilidad anímica que trae consigo el ver transcurrir los días, los meses y los años sin mayores preocupaciones.

El alcalde de ese pueblo, Italo Bombolini (personificado por Anthony Quinn), se muestra al comienzo de la película como un bufón, a quien su mujer (Anna Magnani) maltrata de palabra y de obra, por su aparente ineptitud y proclividad al “dolce far niente”. Mas en el momento en que se necesita de un verdadero líder, de un hombre que se ponga al frente de todos los habitantes de Santa Vittoria, para oponerse a los afanes de rapiña de los invasores alemanes, surge en Bombolini una fuerza tal -no exenta de la picardía innata a los italianos- que lo lleva a encabezar a todos sus conciudadanos en la regocijante tarea de ocultar, en una cueva (llamada en la película la Cueva Romana), más de un millón de botellas de vino, para evitar que caigan en manos de los agentes de las SS, que expoliaban infinidad de bienes (principalmente vino) en las naciones ocupadas por los nazis.


La película muestra los esfuerzos del comandante nazi Sepp Von Prum (Hardy Krüger) por encontrar el vino escondido, y los afanes del simpático alcalde por disuadirlo de su búsqueda. Los habitantes de Santa Vittoria les habían dejado a los alemanes, con mucho pesar, trescientas mil botellas (que estaban guardadas en una cooperativa del pueblo), en tanto que una mayor cantidad había sido escondida en una antiquísima caverna, en las afueras de ese poblado. 

Esta película una atinada mezcla de comedia, por la hilaridad de muchas de sus principales escenas, y de drama, por los momentos de extrema angustia que muestra fue nominada al premio Oscar de la Academia Cinematográfica, para dos galardones (edición y música), y ganó el Golden Globe Award, por Mejor Comedia; además de que Stanley Kramer fue nominado al premio Mejor Director, y Anthony Quinn y Anna Magnani fueron nominados a los premios Mejor Actor y Mejor Actriz, respectivamente.

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