EL RETSINA. EL SABOR DE LO ANTIGUO.

"Se dice que el tiempo es un gran maestro; lo malo es que va matando a sus discípulos". (Hector Berlioz).

Los griegos fueron la gran potencia vitivinícola del mundo antiguo, cuidando y cultivando la vid. Su capacidad para mejorar el vino la llevaban a cabo añadiendo aromas y especias como miel, agua de mar y resina de los pinos. Estos añadidos corregían las deficiencias organolépticas y la acidez del vino.

El vino griego, llamado Retsina, normalmente blanco o rosado, ha sido elaborado desde hace más de 2.000 años. Su sabor y especificidad se dice que tiene su origen en los antiguos recipientes donde transportaban el vino los griegos, en concreto las ánforas. Para evitar que el vino se oxidara y perdiese su sabor, estos recipientes se sellaban con resina de pino de Aleppo. Este sellado, aparte de proteger el vino del oxígeno, permitía a la bebida impregnarse de algo de aroma de resina.

Estos sabores aromas enraizaron de una forma profunda entre los griegos y la mejora de las técnicas de almacenamiento sin resina no evitaron que se añadiesen aromas industriales de resina al vino. Hoy en día todavía existen elaboradores que siguen usando resina para elaborar este vino de forma artesanal.

En Grecia la Retsina se produce por todo el país. Las zonas que concentran más producción son los alrededores de Attica, Boeotia y Euboea en el centro del país. También encontramos este vino en partes de Chipre. Las variedades más usadas hoy en día son la Savatiano con Assyrtiko y Rhoditis. La Savatiano es una de las variedades más extendidas en Grecia y conocida por su gran resistencia a condiciones extremas y por su baja acidez. Por esta razón, muchas veces se añaden las otras variedades para obtener una acidez más aceptable en el vino.

En la actualidad las técnicas de elaboración son las mismas que para cualquier vino blanco o rosado con la diferencia de que se añaden pequeñas cantidades de resina de pino de Aleppo durante la fermentación para lograr el sabor característico. La resina queda mezclada con el mosto y se elimina cuando clarificamos el vino.

Estos tipos de vinos son ligeros, frescos y fáciles de beber. Maridan muy bien con comidas picantes debido a su sabor y aromas especiados, carnes y pescados blancos. La característica principal de este vino es su intenso e inusual aroma a pino que lo convierte en único.