“La tesis principal de mi anatomía de la ebriedad es la siguiente: la raíz de toda ebriedad es el amor. El vino es amor en estado líquido”. (Bela Hamvas).
Hay un libro que no se debe dejar de leer si uno es un apasionado de la buena mesa y del buen beber: La filosofía del vino, del escritor y crítico húngaro Béla Hamvas. Escrito en el verano de 1945, poco antes de finalizar la Segunda Guerra Mundial este breve texto es toda una verdadera declaración de amor absoluto e incondicional a la bebida ancestral por excelencia. Elogio de las cualidades espirituales, sensoriales y simbólicas del vino.
Con
un entusiasmo casi místico, en este libro Hamvas traslada al lector a explorar,
tres diferentes ámbitos de reflexión alrededor del vino. Tres ámbitos que
constituyen, según el autor, otros tantos fundamentos sobre los que se deberían
sustentar las bases de toda futura filosofía del vino. Dichos ámbitos son: el
vino como estado sobrenatural, al cual correspondería una metafísica del vino,
el vino como naturaleza, al cual pertenecería un estudio descriptivo sobre las
uvas y sus variedades, los tipos de vino, la relación entre tierra y vino, agua
y vino etc. y por último el vino como ceremonia y ritual, es decir, un análisis
de los tiempos y los hábitos en los que habría que beber, dabdo respuesta a
preguntas básicas como ¿Dónde beber? ¿Cómo beber? ¿En qué recipientes beber?
¿Solo? ¿En compañía? etc.
Por
un lado el autor expresa su personal teoría del carácter divino del vino, enalteciendo
la presencia de lo idílico en los placeres físicos – reservando un lugar
privilegiado para la comida y la bebida – por otro lado, plantea un catálogo
con pleno conocimiento de causa, sobre las uvas y los vinos existentes en su
época y sobre los maridajes posibles entre vinos, comidas y situaciones
sociales. En este sentido, Hamvas pretende ofrecer al lector una guía
teórico-práctica sobre el buen beber, repleta de buenos consejos e imágenes
idílicas y sensuales que reflejan el espíritu hedonista del autor.
Escrito
en un tono a veces irónico y sarcástico, a veces claramente polémico y provocador,
tanto de la dignidad burguesa como del materialismo científico. La filosofía
del vino es, al mismo tiempo, un visionario canto a la vida y una perspicaz crítica
a las convenciones: una advertencia vitalista a seguir nuestros impulsos de
placer y nuestros deseos de conocimiento a través de todos los sentidos;
viajando física y mentalmente por tierras y pueblos, naciones y nociones,
saberes y sabores, sueños y delirios.
Leyendo
estas páginas apasionadas el lector queda fascinando por la que hemos definido
como una declaración de amor absoluto y sin condiciones. Ese mismo amor por el
vino, por sus propiedades organolépticas, por su simbología, por su historia
milenaria y su vínculo único con el territorio de origen inspira, este modesto
blog.
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